Hacía tiempo que no me odiaba tanto...
Hacía tiempo que no lloraba tanto...
Hacía tiempo que no me golpeaba tanto...
... Hacía tiempo que no me lo merecía.
Anoche verifiqué la proposición "el dolor físico apacigua los dolores del alma".
· Golpes en la cabeza, cachetazos en la cara y tirones de pelo: atontamiento → desorientación → distracción.
· Rasguños y arañazos en los brazos: autocastigo → compensación de mis errores → alivio.
· Caídas pseudo-provocadas, frío y sentarse/recostarse en la vereda: sensación de sencillez y debilidad → agudización de sentido del tacto y conciencia por el propio cuerpo → acentuación del espacio-tiempo aquí y ahora → atenuación del espacio-tiempo pasado/futuro → relajamiento y tranquilidad.
Conclusión: fue interesante. POSTA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario